¿Copa o Píldora?
Dermocosmética=belleza en una píldora.
Medicamento=remedio en un comprimido.
Vino= salud en una copa.
La dermocosmética cuenta con múltiples ventajas de dosificación en comprimidos pero necesita mucha constancia y sus efectos son evidentes a partir del primer mes.
El vino es algo más engorroso de tomar (sobre todo sin una copa a mano) pero sus efectos colaterales (felicidad y buen ánimo) son instantáneos y sus beneficios sobre el sistema cardiovascular son bastante inmediatos.
¿Qué tiene el vino de bueno?
Por un lado el vino contiene etanol, que es el alcohol del vino. En dosis moderadas (de 30 a 40 gramos en personas sanas) el alcohol ayuda a aumentar la síntesis del HDL (colesterol bueno) y disminuye el LDL (el malo, el que se pega a las arterias).
Digo yo que ya tenemos excusa para acompañarlo de un buen queso graso. Total, una cosa equilibra la otra… al menos teóricamente.
Por otro lado, el vino contiene polifenoles, que son antioxidantes que retrasan la acción de los malvados radicales libres que quieren destruir nuestras células y nuestra lozanía. De hecho, el famoso resveratrol , entre otras maravillas, frena la reproducción de células cancerosas. El vino, sobre todo el tinto, no cura, pero ayuda a prevenir. Y mejora la calidad de vida.
La conclusión lógica está aquí: menos bisturí y más brindis con cualquier excusa y ocasión. Busquemos el momento diario de comunión con el vino. ¡Con moderación, que no se pueden compensar faltas de días anteriores con ingestas masivas!
No esperes a alzar tu copa
Querría por lo tanto proponer un brindis porque hoy somos más jóvenes que mañana. Mi elección de hoy es Viña Arana 2005, uno de los mejores Riojas clásicos, y cuyo magnífico equilibrio en polifenoles, taninos y etanol asegura una comida armónica y una salud de hierro.
Como dice un dicho popular, si el vino no existiera, habría que inventarlo…